Los pies, un regalo de los dioses
Indiscutiblemente, el cuerpo es un medio para el placer, y para muchos, un templo de adoración. En el BDSM, una parte especial de él, se convierte en ambos. Sí, los pies son un regalo de los dioses.
Conozca el placer a través de los pies. Sin importar su origen.
¿En qué consiste la podofilia?
Ya que le hablo de la adoración hacia los pies, y el placer que esto causa, no se puede dejar fuera la podofilia.
Poniéndolo en palabras sencillas, es un fetiche. O sea, la visión de esta parte del cuerpo desencadena un proceso de sensaciones sexuales agradables y estimulantes. Al ver, tocar u olerlos es suficiente para disparar la libido. Otras personas necesitan acariciar, lamer, masajear los pies o darle unos buenos azotes.
Uno de los chicos comenzó a lamerme los pies, succionando mis dedos uno tras otro. Su pareja, al verlo, se acercó y tomando mi otro pie cariñosamente continuó, a su vez, con lamidas delicadas, introduciendo su lengua entre los dedos y metiéndose toda la punta de mi pie en su boca (...) Las reglas del juego, José Luis Carranco
Los pies y la búsqueda del placer
Placer hacia abajo
No seamos esquemáticos. El erotismo parte desde el mismo tobillo, pero no continúa hacia arriba como pensarán muchos. El deseo indica el camino abajo.
Ahí se encuentran sus partes, talón, dedos, arcos, etc. Cada uno con una gran cantidad de terminaciones nerviosas, conectadas directamente con los centros del placer del cerebro. Esa desnudez es un arma poderosísima.
Los pies y otros elementos
Por otro lado, existen combinaciones de los pies con otros elementos. Ya sean anillos para el pie, tatuajes, olores y otros. Así como los siguientes, que pueden convertirse en fetiches por sí solos.
Fetiche de pantimedias: aparte del hermoso espectáculo visual que provocan, las medias tienen propiedades agradables al tacto y glamour. Se adhieren al cuerpo como una segunda piel.
Fetiche de zapatos altos: consiste en excitarse observando o utilizando este tipo de calzado. Sin lugar a dudas, da sensación de control y dominio a cualquier Top, y al bottom, adoración y aceptación. Aunque también permite explotar más a fondo el fetiche para el sumiso en otra sesión.
Los pies como centro de la sesión
Como le había comentado en el post anterior, los fetiches también se cruzan con el BDSM. Sin embargo, aquí nos referiremos a los pies como centro del placer. Sin importar su origen.
Una pequeña cosita antes de continuar. Infórmese y tenga en cuenta el consenso al de intentar cualquiera de ellas.
- Azotes: en esta zona se hacen comúnmente con varas o fustas, aunque también toques con palas y floggers son posible.
- Cera caliente: ¿por qué no? Algunas gotas en las zonas más sensibles de los pies causarán increíbles sensaciones. Por supuesto, también puede intentar con cubos de hielo, o ambas temperaturas.
- Bondage: las ataduras o el mismo shibari son posibles en esta zona del cuerpo. Restringen el movimiento y permiten la combinación con otras posiciones.
- Cosquillas: sí, aunque parezca algo tan común, la zona estará sensible debido a las ataduras. Por tanto, una pequeña pluma sería un buen método de tortuoso placer.
- Humillación: lamer o besar los pies de la Dómina, o incluso los zapatos de tacón, son prácticas generalizadas. No solo por la adoración del sumiso a ella, sino también como parte del fetiche del mismo sumiso.
- Sisificación: esta práctica se relaciona con la anterior. Si el objetivo es feminizar al sumiso, el calzado, no se puede quedar fuera. Y si este tiene un fetiche hacia ello, la experiencia será aún más maravillosa.
- Trampling: aquí ya estamos hablando de algo más extremo. Pues, se camina o pisa sobre el cuerpo del fetichista, ya sea descalzo o con zapatos. La primera es la más conocida. El contacto directo con la piel del sumiso es mayor, lo que permite más control hacia el Dom. Pero, no deja de ser peligroso.
Concluyendo
Los pies son regalo de los dioses. Son otro medio más para el placer a través de adoración o castigo. Y no importa, como le he ido diciendo, el origen, ya sea fetiche o puramente desde el BDSM. Lo importante, es encontrar el placer a través de ellos.