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La humillación en BDSM: adiós a las inhibiciones

Imagen en escala de gris de una mujer practicando shibari.
Image by Alexander Krivitskiy from Pixabay

Si dices a cualquiera del mundo no-BDSM que te gusta la humillación, se quedará estupefacto y solo pensará en su connotación negativa. ¡Ah!, pero en el BDSM, esa palabra adquiere un significado especial.

Te explico.

En el contexto BDSM, la humillación no indica sabotear la autoestima de uno de los participantes, por mucho que pueda parecer ofensivo para quienes no están involucrados. La sesión de humillación ayuda a trasgredir los propios límites: hacerse extremadamente vulnerable, doblegarse, para jugar con la vergüenza, lo que llega a ser liberador y erótico.

Dándote una definición más exacta: es el uso consensual de la humillación psicológica con el fin de excitarse debido la mezcla de emociones fuertes. En otras palabras, la humillación erótica es una relación de poder e intimidad que permite que desaparezcan las inhibiciones entre D/s siendo verdaderamente erótico y placentero.

La humillación no necesita ser de naturaleza sexual; son los sentimientos derivados de ella los que se buscan, independientemente de la actividad real. Por lo general, hay una relación de sumisión por parte del humillado o bottom, y de dominio, por quien humilla o top.

Humillar eróticamente, excitar al máximo la libido, crear un escenario en el que no cabe la vergüenza y sacar a la luz toda la lascivia y la sexualidad animal de la persona a quien estás dominando, es algo que (parezca lo que parezca desde fuera) no tiene absolutamente nada que ver con mermar su autoestima. René Guevara, sexólogo y activista BDSM

Lo controversial de la humillación

La humillación erótica no es una práctica imprescindible para muchos en el BDSM, pues es realmente extrema y necesita de mucha, mucha comunicación.

La parte controversial de la humillación aparece al sumiso/a permitirse ser vulnerable, ya que existe una fina línea entre una entrega elevada y la práctica de la humillación no consensuada. Esta última es psicológicamente angustiante y puede provocar un impacto psicológico negativo. Una sola palabra que esté fuera de lo acordado en el instante menos esperado afectará la autoestima del sumiso/a, y ese no es el objetivo de la humillación en BDSM.

Entonces, algunos se podrán preguntar dónde están los límites para la humillación. Ya esto depende de cada persona. Lo que yo considere excitante no tiene que serlo para ti, de hecho, puede hasta estar fuera de tus límites.

Por eso te digo, honey, ya seas amateur o experto, que, si incorporas la humillación a tu estilo, debe ser absolutamente sana. La comunicación es primordial, como te había comentado: el/la sumiso/a tiene que ser muy abierto respecto a lo que le gusta y no, y el/la Dominante muy cauto/a, cuidando de seguir atentamente las reacciones de su sumiso/a ante cualquier nueva humillación.

Mujer colocándole mordaza a hombre.
Fuente: https://depositphotos.com

Tipos de humillación

Un tip pequeñito antes de que continúes leyendo: estos tipos pueden mezclarse para hacer la sesión más atractiva. Inténtalo.

  • Verbal: incluye forzar al sumiso/a a decir cosas que usualmente no diría, además de insultos, regaños, burlas, etc. Obviamente, los que le parecen excitantes.
  • Física: incluye realizar actividades en específico como llevar ropa interior femenina y zapatos altos en el caso de los hombres, tratar al sumiso/a como animales u objetos, además de incluir otras formas de BDSM como spanking. (Hey, abajo hay más ideas)
  • Pública: puede involucrar la humillación física o verbal en lugares públicos o frente a personas ajenas a la relación. Algunas muestras de humillación pública son fácilmente distinguibles, sin embargo, otras se hacen en privado, basándose en la complicidad D/s.
  • Privada: puede involucrar humillación física o verbal también, pero en un entorno más reservado.
Mujer encadenada y hombre tomando esas cadenas.
Fuente: https://depositphotos.com

¿Qué se incluye en la sesión?

Combinar diferentes prácticas BDSM con la humillación, así como parafilias, es realmente erótico para Dominantes y sumisos experimentados. Te digo, no existen normas para la práctica de la humillación, todo depende de lo que les guste ya sea light o hardcore. Y por supuesto, el consenso.

Esta lista no lo trae todo, pero tal vez te dé algunas ideas:

  • Degradación: incluye formas extremas de humillación como eyacular, escupir y orinar en el cuerpo del sumiso/a, especialmente en la cara y obligarlo/a a lamer.
  • Humillación sexual: puede involucrar cuckolding, penetración forzada, masturbación.
  • Sissificación: indica la transformación de un sumiso en una persona más femenina con el uso de ropa, bragas, zapatos, etc.
  • Omorashi: es la excitación que produce tener la vejiga llena o mojarse encima.
  • Examinación del cuerpo del sumiso/a en diferentes posiciones como posición del cabello, de uso o she-sleen.
  • Negación del orgasmo
  • Confesiones: estas pueden ser reales o inventadas, voluntarias o forzadas, y en ellas el/la sumiso/a revela a su Dominante detalles escandalosos o vergonzosos de su intimidad.

¿Qué debes hacer y qué no?

Te recuerdo, honey: nadie, tras una práctica de humillación en el seno de una sesión BDSM, debe marcharse con un impacto emocional negativo. Por esto te traigo estas cosillas que debes tener en cuenta:

  • Comuníquense, hablen sobre lo que les gusta y lo que no. No dañes la autoestima del sumiso/a con detalles demasiado personales a propósito.
  • Investiga todo lo que puedas sobre la humillación en BDSM. Sé consciente de los riesgos.
  • Cuidado con las reacciones emocionales, conoce a tu sumiso/a y sus límites.
  • No te dejes llevar por la emoción del momento y digas algo que te pueda parecer excitante, debes tener el consenso de tu sumiso/a antes.
  • No utilices palabras despectivas de buenas a primeras. Indica que ha comenzado la sesión, así estará más preparado.
  • Aunque el esclavo diga que no le importa cuán mal te burles o los degrades, hay un punto en el que esto es perjudicial para su bienestar mental y emocional. Ten mucho cuidado.

El juego con la humillación es un proceso de descubrimiento, ya que mediante las palabras o acciones que te excitan en ese momento, se llega a la pérdida de las inhibiciones. Para su disfrute, debe haber una entrega total y confianza en la pareja. Si te intriga la humillación, estudia y luego inténtalo. Asegúrate de hacerlo seguro.