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Las mordidas: perfectas para la dinámica BDSM

Mujer mordiendo barra de chocolate.
Image by aleksandra85foto from Pixabay

Piense por unos segundos en morder la piel de alguien, sentir como su piel se tensa y luego relaja. Tal vez algunos consideran la mordida erótica como parte del sexo vainilla en un intento de irse a algo más salvaje, o simplemente no lo consideran parte del BDSM. Cuando realmente muchos BDSMeros lo han disfrutado. Admítalo.

Antes que nada, le explico algo. No hablo de las mordidas como filia (odaxelgania), aunque puede suceder. Ya sabe, el mundo BDSM es muy amplio, y se enfoca en el placer de los involucrados sin importar cómo.

En realidad, me refiero a las mordidas eróticas, que van perfectas a la dinámica sadomasoquista. La mordida, para muchos de nosotros, es placenteramente dolorosa.

La mezcla de dolor, miedo y placer que puede producir, es un cóctel explosivo que puede proporcionar múltiples posibilidades a una escena BDSM.

O tal vez, le gusten las marcas o moretones que deja detrás la sesión. ¿Quién sabe?

¿Ha pensado en incorporarlo a una sesión de cosplay y no tiene idea? Aquí le dejo este link con algunas.

¿Son las mordidas parte del sado?

Le explico.

Aunque muchos no lo consideren así, hay mordidas y mordidas. Todo depende del objetivo con el que lo esté haciendo.

Fuerza

Algunos no son conscientes de la fuerza que tiene la mandíbula, la cual puede provocar un intenso moretón o sangrado en caso extremo. Para ilustrar, pruebe lo siguiente: muerda su propio brazo fuertemente, intente de diferentes maneras y lugares, y luego compare las sensaciones. Tenga esto presente al incorporar las mordidas a su playlist.

Velocidad e intensidad

Mirándolo bien, estos dos están muy relacionados en las mordidas como parte del BDSM, al igual que en cualquier práctica que se provoque dolor a través del impacto.

Muchos Dom y sadistas buscan un impacto máximo, por tanto, lo hacen rápido, el dolor y el placer serán desgarradores en ese momento. Sin embargo, si se toma un tiempo y se hace lento e intenso, se obliga al sumiso a enfocarse en la sensación y su estancia en ese estado, será más larga.

Aunque, como ya había dicho, depende del acuerdo previo entre los participantes.

Para mencionar una cosa, no es solo morder y ya, también incluye chupar y tirar de esa zona. Las sensaciones varían dependiendo del momento de la sesión en que se encuentren, como cualquier otra práctica.

Mujer con un látigo en las manos y mordiendolo.
Fuente: https//: depositphotos.com

¿Dónde morder y dónde no?

Generalmente, las mordidas pueden dirigirse a cualquier parte del cuerpo, y las sensaciones en este varían. Ya que hablo de incorporarlas a una sesión, no es lo mismo morder después de haber azotado, por ejemplificar.

Tenga en cuenta los lugares con mayor concentración de grasa, así como con los juegos de impacto.

  • Hombros
  • Parte superior de la espalda
  • Detrás del cuello
  • Nalgas
  • Brazos
  • Muslos
  • Pezones y pecho.

Por otro lado, cuide de zonas más delicadas cerca de arterias o tendones que estén superficiales. De lo contrario, puede provocar hematomas y otras consecuencias lamentables como infecciones o peligrosos hematomas. (Más abajo le explico).

  • Cara
  • Cuello
  • Genitales
  • Interior de las rodillas.

Un tip, una vez se acuerde la zona, el momento para hacerlo depende del Dom. Si lo es, busque con la boca el lugar, vaya tanteando el cuerpo del sumiso hasta que aparezca una respuesta visible, muerda fuerte ahí. Si no lo es y no lo ha intentado, añada las mordidas a la playlist.

Puedes morder estratégicamente en uno de esos lugares que sabes enviarán a tu pareja cada vez más cerca del orgasmo, llegando incluso a provocarlo. Tal vez tome práctica lograrlo , pero la reacción (y la hermosa marca que se verá el día siguiente) es una recompensa genial. Sinclair Sexsmith, novelista del género erótico.

¿Qué debes saber al practicar las mordidas?

  • Consenso: garantiza el disfrute de la sesión entre los involucrados. Aquí pueden comunicar si les gusta o no las mordidas, si les parece bien dejar marcas o moretones de estar de acuerdo, así como dejar claro donde les gustaría y donde no. Además de dejar claro la sesión donde van a incorporarlas.

Si les gusta la humillación, este post te puede dar ideas para incorporar las mordidas en esta sesión.

  • Todas las pieles no son iguales: la presión que se haga sobre una piel, no será igual para otra. Conozca su piel, y su resistencia, así como condiciones médicas.
  • No rompa la piel: esto causa infección o transmisión de enfermedades al contactar la sangre. Si sangra, cuide y vigile esa zona.
  • Si deja más marcas que las que pretendía: coloque hielo o algo frío sobre la zona, aunque esos moretones tardan días en curarse. En caso de dolor persistente o se endurezca o abulte, busque ayuda profesional.
  • Conozca y practique la intensidad de sus mordidas: intente en su propia piel, primeramente. De no ser así, tal vez el sumiso termine con un pequeño colmillo más marcado, o lamentablemente, con un hematoma o problemas en algún músculo de morder demasiado fuerte.
  • Safe Word: finalice la sesión con una palabra conocida por ambos. De igual manera, incorpore el sistema de colores para comprobar cómo se siente el sumiso, o intente la escala de dolor del 1 al 10, siendo este el dolor insoportable.

En resumen, seas creyente de las mordidas eróticas como BDSM o parafilia o ninguna de las dos, ya sabes que esta práctica puede combinarse con el sadomasoquismo. Es cierto que no es una práctica extrema, sin embargo, el dolor y placer es real, disfrutado por muchos BDSMeros. Inténtelo.