
La dinámica de los adultos traumados
Un acercamiento intencional a la dinámica Caregivver/ little CG/I con ánimos de controversia. Un día te cruzas con algo que te hace sentir pleno, te llena de vida y la curiosidad se dispara.
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¿Qué define a una mujer? Desde un punto de vista más simple y anatómico, diríamos los senos, cabello largo, maquillaje, tacones altos… además de ciertos comportamientos. ¿Y si llevamos todo esto a un hombre?
La feminización forzada es otra forma de humillación. Conozca aquí sobre ella.
La palabra indica una trasformación, cambios hacia lo más femenino.
Pues, en el contexto que nos ocupa, la feminización es parte de espectro de la humillación. Sí, el objetivo es lograr que el sumiso masculino saque su lado femenino. Interesante, ¿verdad?
Para ello, él es obligado a adoptar una serie de comportamientos, usar atuendos y hacer tareas. No cualesquiera, sino los asociados a la mujer de forma tradicional y estereotipada.
Tal como dice René Guerra en BDSM desde cero:
Una de las técnicas más habituales en los juegos de dominación y sumisión entre un Ama y un sumiso es la de la feminización, es decir, la de incorporar al sumiso masculino una serie de comportamientos, ropas, etc. tradicionalmente asociadas al sexo femenino. René Guerra, autor
Aclaremos algo, en el BDSM aconsejamos realizar todas las prácticas bajo consenso y límites.
Por tanto, la feminización forzada no queda fuera.
Su Ama da la orden, y el sumiso, está dispuesto a aceptar. Es forzado a descubrir su feminidad interior, considerada tabú, al privársele de su identidad como hombre.
Psicológicamente hablando, es una emasculación simbólica.
Por tabúes sociales, los hombres asocian al sexo femenino como inferior. Por tanto, la humillación está al realizar tareas, vestirse y actuar como mujer.
Si no lo sintieran así, ¿por qué iban a sentirse humillados al realizar un tipo determinado de tarea?
Para muchos practicantes de la técnica, el placer en la feminización forzada está en el fetichismo travestista. Otros, al liberar su parte femenina, o incluso, de la obligación de parecer macho remacho a los ojos de la sociedad.
Y por supuesto, no olvidemos del placer que trae la humillación. Y la admiración que se siente hacia quien la hace, su Ama o Amo.
Esta es la pregunta del millón para muchos. Pero, aclaremos al respecto.
La feminización no tiene que ver con situaciones de transexualidad ni homosexualidad. En este plano Dom/sub solo existe un hombre que quiere ser feminizado, como forma de humillación, para placer de su Ama y el propio.Además, uno no se convierte en homosexual, bisexual, etc. La feminización forzada no le hace más o menos hombre.
Lo que debe quedar claro aquí es hacer lo que genere placer, y no culpa, no lo políticamente correcto. Solo disfrute.
Hay quienes toman la feminización como proceso real. Algunos culminan en cirugías, hormonas, cuckold, etc.
Aparte de ser un entrenamiento progresivo, piense: ¿qué define a una mujer? A partir de ahí, trabaje.Como principiante, puede lograr las siguientes de mayor a menor medida.
Las ideas anteriores, mediante un proceso, son fáciles de hacer y están perfectamente bien. Sin embargo, hay prácticas más profundas, además de las que le traemos aquí:
La feminización forzada, como forma de humillación, es perfectamente disfrutable. El objetivo no es una feminización completa. Forzar al sumiso a llevar lencería mientras hace las tareas, está bien también. Muy bien, de hecho.
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