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Cincuenta Sombras de Grey: roles comerciales (II)

Cincuenta Sombras de Grey: roles comerciales (II)

La trilogía y la puesta en escena de Cincuenta Sombras de Grey tiene mucha tela por donde cortar. Uno de esos aspectos son los supuestos roles que adoptan los personajes. Ambos tan comerciales y ficticios como el universo donde se crearon.

Analicemos hoy la ficción y realidad detrás de ellos. Destruyamos la idealización de estos modelos.

Grey no es un modelo de rol Dominante

Origen del rol Dominante

Christian Grey, el protagonista masculino de la novela, tiene un pasado difícil marcado por dos hechos lamentables. Estos se toman como trasfondo y justificación a su inclinación por el BDSM.

De cierta manera, indican que las prácticas kinky son el resultado de traumas. 

Alto ahí. No existe nada más alejado de la realidad. El hecho de que alguien tenga el rol de Dominante en una relación BDSM no quiere decir que haya sido víctima de abuso. Y en el caso de que lo fuera, no influye en su decisión.

BDSM, motivo de culpa

Las prácticas a las que llegó Grey como consecuencia de sus traumas, le provocan culpa y hasta asco.

Sin embargo, practicar BDSM no provoca ninguno de esos sentimientos.

De hecho, quienes eligen este mundo, sin importar su rol, están seguros de sí mismos, de quienes son, de lo que quieren: disfrutar de su sexualidad. En fin, las prácticas no son motivo de expiación, ni una cruz que debe llevar.  

Pero, en caso que no se sienta seguro de sí mismo, ¿cómo alguien pudiera entregársele? ¿Cómo Grey pudo permitirse dominar a Ana Steele?

El rol robot

El protocolo que siguen los protagonistas es cuestionable (ya lo estuvimos viendo en el post anterior). Independientemente que sea algo parecido a un CCC, su relación es abusiva.

No hay que romantizarla. Punto.

Piénselo: ¿es romántico cuando alguien le intercepta el teléfono, sabe dónde vive sin haberlo dicho, vende su único medio de transporte, compra la compañía en la que trabaja o le aísla de su familia y amigos?

Un Dom no es un robot abusivo carente de emociones como Grey. Un Dom es sobre todo humano, y tiene una gran responsabilidad con su sumisa y su bienestar. Eso también es parte de los roles D/s.

El Dom irresponsable

Este punto es similar al anterior. Pero enfoquémonos en el hecho de que Ana es una sumisa inexperta.

¿Acaso Grey como Dom tuvo una atención consecuente hacia su joven sumisa?

Con respecto a las prácticas BDSM, ellas no se escogen de la nada. Al contrario, se planifican de manera gradual, explorando límites, comprobando el disfrute mediante el diálogo, confianza y consenso.

Negociación, la mejor vía para garantizar el máximo placer en el BDSM
¿Qué debe hacer antes de iniciar cualquier sesión BDSM por muy light que parezca? La respuesta es la negociación, quien garantiza el máximo placer en el BDSM

Y esto TODO Dom debe saberlo.

Por otro lado, los castigos existen y cada uno es responsable de cumplir su rol propio. Pero no existen para quitarse la frustración ni para sacar esa dinámica fuera de la sesión.


Anastasia no es modelo del rol sumisa

Sin captar las red flags

Anastasia Steele, la protagonista femenina de la novela, es inexperta, no solo con temas del BDSM. No conoce sus gustos, ni su cuerpo y tampoco capta las red flags.

Sí, estas existen en todo tipo de relación.

Lo primero es que se deja convencer luego de que Grey prácticamente la acosara. Entre otros sucesos: rastrea su celular, aparece inesperadamente dónde ella está y le prohíbe determinadas cosas. Ella elige no creer en su instinto.

Pensándolo sensatamente, nadie se acercaría a una persona así. Ni, aunque estés interesada en una relación del tipo D/s.

Una sumisa idolatra a su Amo, pero no quiere decir que lo deba aguantar todo.

Sumisa irresponsable

Grey no era el único que debía ser responsable. Ella también.

Si decidió involucrarse en las prácticas BDSM, necesitaba una búsqueda profunda de sus responsabilidades como futura sumisa o de cuestiones de seguridad que también nos atiene.

Además, la negociación es más que necesaria. Ella simplemente negoció sobre prácticas que ni conocía y firmó un contrato. Luego, en menos de un mes, se convierte en una ninfómana y multiorgásmica por arte de magia gracias al BDSM.

Otra cosita que faltaba. Tanto ella como él no basan su relación en el diálogo. La falta de comunicación entre ellos es notable, lo que no afecta en nada. Obviamente, hablamos de ficción. Pero esto es bien alejado de la realidad.

Amor entre los roles, cura al BDSM

Primeramente, vemos a Grey siendo Dominante como consecuencia de sus traumas. Entonces, aparece Anastasia, que se somete “por amor”, como ella misma lo expresa. Luego de altas y bajas, su relación culmina en matrimonio.

Se presentó Anastasia como salvación del mundo oscuro en el que él se encontraba.

En la realidad, se hacen las cosas un tanto diferentes.

Las relaciones entre los roles Dom y sumisa se dan en un profundo contexto de respeto y confianza previos para explorar límites. Sin embargo, el desarrollo de la relación entre Steele y Grey sigue pautas románticas en lugar de seguir una progresión dictada por la práctica del BDSM.

Pero no absoluticemos. El BDSM y el amor pueden ser perfectamente compatibles, aunque no es indispensable. Del mismo modo, la compatibilidad entre BDSM y matrimonio. Todo depende de la relación.

Finalmente, hay que ser conscientes que Cincuenta Sombras de Grey es ficción comercial. Y en este caso, sus personajes también lo son. Por tanto, estos roles son tan alejados de la realidad como la misma novela.