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Prometer sobre una rosa

Prometer sobre una rosa
Imagen por Microsoft Designer

En febrero, se celebra sin censura el amor romántico por encima de muchas manifestaciones afectivas. Se promociona como el momento ideal para materializar el amor que muchos aseguran, será para siempre. Como se ha mencionado antes, la comunidad BDSM no es una turista en los campos fértiles del amor; solo que es profesado de maneras menos convencionales.

Abrazando el espíritu festivo, hoy estaremos hablando del matrimonio y su vinculación con el BDSM.


La sagrada institución.
Descrito por muchos como la cúspide del amor romántico, el matrimonio es sin duda parte importante del desarrollo psicoafectivo de dos (o más) personas que se aman. Nótese que no hablo de bodas, lo cual es un circo completamente diferente, perteneciente a otra rama de la fantasía romántica.

La definición del matrimonio tiene dos acepciones. Una lo describe como la combinación o mezcla entre dos o más elementos. La otra, como la unión reconocida legal y formalmente entre dos personas como compañeros en una relación personal.
Una lectura rápida haría que una cantidad importante e imponente de personas, estuviese de acuerdo con lo descrito arriba.

Lo cierto es que esa definición excluye otras configuraciones matrimoniales como las poliamorosas o los vínculos conyugales sin confirmación legal. Esto nos conduce a la libertad creativa de brindar una definición más abarcadora.

El matrimonio es una institución social que establece el vínculo conyugal entre dos o más personas y puede existir independiente del ámbito legal.

Tipos de matrimonios

  • Civil
    Oficiadas por ministros certificados, las ceremonias son carentes de todo tipo de manifestación religiosa. Las lecturas suelen estar orientadas a las responsabilidades y derechos legales de la pareja.
    En el escalafón de reconocimiento social del estatus marital, este se roba el número uno.
  • Religioso
    Oficiados por los representantes religiosos de la comunidad en cuestión, siguen ceremonias y rituales muy consistentes con su tradición religiosa. Estos matrimonios son reconocidos como verdaderos y vinculantes ante los ojos de los hombres y los dioses/dios.
    Estas uniones carecen de valor legal en muchas sociedades, pero suelen tener alto valor social en las comunidades religiosas afines.
  • Laico
    Pueden o no ser oficiadas y el oficiante, no requiere de certificación previa. Basta con ser alguien de alta estima por la pareja.
    No tienen reconocimiento legal por sí mismas, pero, tal como con las uniones religiosas, son reconocidos como verdaderos y vinculantes ante los ojos de sus similares y por supuesto, los participantes.

¿Qué tiene que ver toda esta charla con BDSM?
Bueno, estábamos por llegar a esa parte.

Algo constante en casi todo matrimonio, es la necesidad de llevar a cabo un ritual que marque ese momento y las promesas asociadas a este. Los elementos de cada ritual, depende de los involucrados y el tipo de ceremonia matrimonial que se lleve a cabo.
Dentro de la comunidad BDSM, las uniones son como una bolsa de caramelos surtidos, las hay en todos los sabores. Si bien una persona puede tener una unión marital civil con alguien ajeno a la comunidad, mientras disfruta de una unión laica con alguien dentro, una misma dinámica puede haber decidido unirse en todos los niveles que le sean posibles. El funcionamiento saludable de cualquier dinámica yace, al final del día, en la comunicación eficaz y la responsabilidad psicoafectiva.

Cuando una dinámica D/s decide estar junta por toda la eternidad, asumiendo las obligaciones y responsabilidades de esta unión, celebran la ceremonia de las rosas.


Sí, quiero en BDSM
Algunos elementos son consistentes cuando se habla de la ceremonia de la rosa.

1. Esta ceremonia brinda un margen amplio para el toque personal, haciendo de cada una, un evento único e irrepetible.

2. Ha pasado en el tiempo como un evento privado, pero lo cierto es que pueden formar parte tantas personas como los celebrantes estimen conveniente.

3. Está dotada de simbolismos representativos, lo cual permite el uso intercambiable del término ritual, al referirse a ella.


Los elementos.

  • Capullo de rosa blanca: representa que el camino de la sumisión nunca está terminado y la pureza del sumiso.
    El ofrecimiento ceremonial del capullo de rosa, denota la intención del sumiso de crecer al lado de su dominante y que nunca alcanzará un punto de desarrollo en el cual su flor no pueda abrirse más.
  • Rosa roja abierta en su totalidad: responde a la pasión, el deseo de poseer y proteger a su sumiso, incluso derramando su propia sangre. De igual modo se corresponde con la preparación y madurez de la parte dominante para cumplir con sus responsabilidades.
    Ambas rosas deben ser recién cortadas, conservar su tallo y sus espinas.
  • Cadena de eslabones: La cadena debe ser de dos a tres metros de largo, no debe ser gruesa ni pesada. Traduce que cada acontecimiento en la vida de esa pareja, está ligado a otro en una sucesión de eventos que los han hecho crecer y llegar hasta donde están.
  • Collar: Es común que las parejas que llegan a este punto de su dinámica D/s, ya hallan realizado su último cambio de collar. Este elemento es representativo de sus roles y su determinación a respetar los deberes asociados a estos.
  • Velas: En adición a una excelente ambientación, las velas serán la fuente del fuego ceremonial. Otras fuentes pueden ser utilizadas en sustitución.

La ceremonia
La parte sumisa portará el capullo de rosa blanca y la dominante, la rosa roja. La pareja se colocará cara a cara, acercándose hasta estrechar sus rosas, sin tocarlas.

Como al inicio de una sesión, se tomarán su tiempo para entrar en sincronía y relajar sus cuerpos y mentes.

A continuación, el dominante retirará el collar del sumiso y lo pasará por las llamas. Este paso por las llamas será simbólico, pero debe realizarse con la intención de quemar todas las influencias externas que puedan dañar al sumiso.

Durante la recolocación del collar, el dominante debe declarar en voz alta sus intenciones de proteger y guiar a su sumiso.

Luego tomará una espina de su rosa, pinchará el dedo corazón del sumiso y este derramará dos gotas de sangre sobre la rosa blanca. Después será el turno del sumiso, quién retirará una espina de su rosa blanca, pinchará el dedo corazón de la parte dominante y este dejará caer dos gotas de sangre sobre la rosa blanca.
La pareja unirá sus dedos mientras realizan sus votos de unión.

Los testigos pasarán en este momento la cadena por las llamas, para purificar el pasado de la pareja y hacer permanecer solo lo positivo. Envolverán a la pareja mientras continúan su declaración.

Las rosas deberán unirse hasta que la sangre de la rosa blanca bese la rosa roja y luego intercambiarán las flores.

La cadena será retirada, envuelta en una tela y entregada al finalizar la ceremonia. Las rosas serán dispuestas en un jarrón y colocadas en la habitación de la noche de bodas.

Al día siguiente se retirarán los pétalos de ambas rosas uno a uno, mientras se hablan los proyectos, esperanzas y sueños de la pareja.

Estos pétalos se mezclarán y guardarán en un lugar especial hasta el día de su muerte, cuando serán enterrados con ellos.

La cadena puede ser obsequiada a otra pareja que desee celebrar su ceremonia o bien pasada a la descendencia como herencia familiar. Es importante no dar otro uso a la cadena, ya que permanecerá como un símbolo eterno de la unión de dos almas.


Debido a las características discretas y en ocasiones anónimas de la comunidad BDSM, encontrar datos sobre la primera ceremonia de las rosas es virtualmente imposible. A pesar de esto, parece ser rastreable hasta el naciminento del BDSM como comunidad.

Existe una leyenda que habla de como sobre las tumbas de aquellas parejas que hayan honrado sus votos de unión y amado profundamente, renacerán rosas. Aunque leyenda, hay en esta idea un optimismo romántico sinigual, plagado de esperanzas y ferviente compromiso. Al final del día, ¿qué es la vida sin su buena dosis de amor?